Cuando dos personas deciden separarse, pueden cesar los vínculos de pareja, pero el lazo con los hijos permanece para toda la vida. La responsabilidad de aportar a su bienestar y crecimiento no es un favor ni una opción: es un deber fundamental, tanto ético como legal.

En LEXAR CONSULTING, entendemos que la determinación de la cuota de alimentos debe mirarse desde una perspectiva integral, equilibrada y respetuosa con los derechos del menor. Hoy queremos explicarle cómo se define esta cuota, por qué no puede ser un motivo de conflicto, y cómo actuar con responsabilidad en favor de quienes más nos necesitan.

📌 1. Cada familia es única: alimentos necesarios y congruos

La ley colombiana establece dos tipos de alimentos:

• Necesarios: lo indispensable para cubrir alimentación, salud, vivienda, vestido, educación y recreación básica del menor.
• Congruos: aquellos que permiten mantener el mismo nivel de vida que el menor tenía antes de la separación, siempre que la capacidad económica del alimentante lo permita.

La cuota de alimentos no puede ser genérica. Debe analizarse conforme al:

• Contexto socioeconómico de la familia,
• Necesidades reales del menor,
• Capacidad económica del padre o madre obligado.

📌 2. No siempre es fácil: reconocer los esfuerzos reales

Reconocemos que muchas madres —y en otros casos, padres— asumen gran parte de la carga económica tras la separación. Conocemos su esfuerzo cotidiano por ofrecer lo mejor a sus hijos, muchas veces sin suficiente apoyo.

También entendemos que hay padres que, genuinamente, atraviesan situaciones difíciles de desempleo o precariedad económica. Pero en ambos casos, la responsabilidad hacia los hijos permanece intacta: Si no se puede dar mucho, se da lo que se puede. Pero no se abandona.

📌 3. El peor error: usar los alimentos como venganza

Lamentablemente, en la práctica vemos casos donde algunos padres:

• Dejan de pagar alimentos a los niños por resentimiento contra su expareja,
• Gastan en lujos personales mientras descuidan las necesidades de sus hijos,
• Alegan que «ya tienen nuevos hijos» como excusa para incumplir,
• Ofrecen frases destructivas como:

“¿No le sirve lo que le doy?
“¿Ahora qué hago si no tengo dinero?”
“¿Mire a ver qué hace con lo que le paso?”

Este tipo de actitudes no solo agravan el conflicto, sino que afectan emocionalmente al niño, quien es totalmente ajeno a los problemas de los adultos. Recordemos: tener hijos implica asumir responsabilidades de por vida, no mientras las condiciones sean favorables o convenientes.

📌 4. Custodia no es guerra: fomentar vínculos, no romperlos

El padre o madre que convive con el menor no debe obstaculizar la relación del niño con su otro progenitor.
Es fundamental:

• Fomentar llamadas,
• Facilitar visitas,
• Promover vacaciones compartidas,
• Permitir que el menor conserve el vínculo afectivo con ambos padres.

La custodia debe ser un espacio de diálogo y cooperación, no una herramienta de castigo.

Cuando hablamos de alimentos, no hablamos solo de dinero. Hablamos de afecto, responsabilidad y presencia en la vida de los hijos. Negarse a cumplir ese deber o usarlo como arma de conflicto es una forma de violencia silenciosa que deja marcas profundas.

En LEXAR CONSULTING, defendemos el derecho de los niños a crecer protegidos, acompañados y sostenidos, conforme a los principios de la Constitución Política de Colombia, que reconoce la prevalencia de sus derechos sobre los intereses de los adultos.

¿Tiene dudas sobre cómo fijar, ajustar o reclamar una cuota alimentaria justa y responsable? En LEXAR CONSULTING le ofrecemos asesoría especializada para proteger a sus hijos y garantizar que sus derechos prevalezcan. Agende su consulta hoy mismo.