Cerrar un ciclo en derecho de familia no es solo dejar de convivir; es terminar jurídicamente el vínculo. Esto incluye el divorcio (romper el matrimonio civil o religioso con efectos civiles) y la liquidación conyugal (partir bienes, deudas y obligaciones adquiridas en la sociedad conyugal o patrimonial). Si no se hace, los bienes futuros seguirán mezclándose, lo cual puede generar pleitos innecesarios.
Y es que El divorcio no es un fracaso, es una oportunidad de empezar de nuevo.
Pero ojo: separarse de hecho no basta. Si no que se debe liquida la sociedad conyugal, para que su expareja no areclamar bienes, deudas o incluso pensiones en el futuro.
Y aquí es donde la asesoría legal hace toda la diferencia.
“Cerrar un ciclo amoroso con divorcio y liquidación conyugal no tiene que ser una guerra. Con información clara y acompañamiento jurídico se convierte en un paso hacia la libertad y la tranquilidad patrimonial. Recuerden: el amor puede acabar, pero los derechos y deberes deben resolverse en orden.”
Si usted sintió identificado, lo invito a que agendemos una consulta y revisemos su caso concreto.










